El director de una orquesta sinfónica es la persona responsable de conducir la música que interpreta toda la orquesta. Asimismo, es el encargado de darle su propio toque y personalidad a una obra y a la interpretación de esta. Por tanto, un director de orquesta no solo se encarga de que la obra salga bien sino de que esta tenga una personalidad y estilo bien marcados.

¿Cómo hace todo esto? ¡Con la batuta y su cuerpo! Con estos dos elementos, un director de orquesta es capaz de una obra esté bien interpretada. De ahí los aspavientos que estos suelen hacer en el desarrollo de su trabajo. La batuta es la que marca el ritmo del compás y su velocidad, mientras que su otra mano es la que marca la entrada de cada grupo de instrumentos. Por otro lado, con todo su cuerpo marca la intensidad con la que quiere que los artistas toquen sus instrumentos.

El trabajo de un director de orquesta no es nada sencillo. Sólo con pensar la cantidad de instrumentos musicales distintos que deben tocar casi al unísono podemos hacernos una idea de lo complejo de su labor. Tanto es así que sería muy complicado imaginar una orquesta sinfónica sin la figura de este.